Tepic, Nayarit, 27 de Mayo del 2021
Sara Sefchovich, escritora, investigadora, catedrática, socióloga, autora de libros y conferencista mexicana de manera virtual, impartió la Cátedra Nacional Amado Nervo 2021, la cual denominó: ¿hay todavía un Nervo por conocer?; esto en el marco del Festival Universitario Gran Nayar, que organiza la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), a través de la Secretaría de Extensión y Vinculación.
Iniciando con su participación, la escritora agradeció la invitación para impartir la Catedra Nacional a quienes la instituyeron; dijo, que era un honor sumarse a la lista de escritores amigos que la han precedido en tan magno evento; posteriormente empezó su aportación hablando sobre el Nervo cronista.
“¿Por qué no se ha hablado aquí de las crónicas de Nervo?, primero que nada, porque su poesía lo engloba todo, después porque en el poco espacio que queda de su poesía, entran sus relatos, novelas y cuentos, o su vida, o sus amigos o su apoteósica popularidad, y entonces se va quedando fuera la crónica con todo y que fue escrita y publicada con regularidad por Amado Nervo en un momento en que el género alcanzó gran esplendor”, detalló Sara Sefchovich.
Asimismo reveló, que por años de dedicarse al estudio de la literatura, la perspectiva que le ha interesado ha sido y sigue siendo la que consiste en explicarla no por sus temas, estilo, estructura, o lenguaje, no por la vida de su autor, o pertenencia a cierto grupo o tendencias, sino por las circunstancias históricas, sociales y culturales que le dieron origen, y en eso precisamente se enfocó, al explicar la crónica de Nervo.
“Desde hace varios siglos, ya se había cultivado en México y adquirió gran importancia, fue la crónica, el vehículo por excelencia de representación de una sociedad que se disfrazaba de moderna, y que tenía la necesidad de expresar la nueva manera de vivir, nuevos valores y discursos del poder, fue el género que mejor permitió dar fe de esto; por ello, no cabe duda como ha dicho una estudiosa de la crónica, que un gran número de escritores incursionaron en ella y la convirtieron en la parte principal de su quehacer”, comentó la escritora.
En este sentido resaltó, que lo interesante fue cómo lo hicieron, puesto que recogieron y relataron la vida diaria, pero también los acontecimientos excepcionales, la historia, pero igualmente el presente, las tradiciones y costumbres, pero también lo nuevo, superficial y profundo, “Nervo por ejemplo hablaba por igual de su mundo interior, que del entonces imposible pero imaginado viaje a la luna, de la importancia de la vida espiritual, que de lo que sucedía en el tranvía, de la obsesión en esa época por adquirir bienes materiales, que de la literatura y los literatos”, enfatizó.
Sara Sefchovich compartió, que la crónica en aquel entonces se escribía para enseñar y explicar, para divertir y entretener, para comunicar ideas, convencer, juzgar, guiar, salvar del olvido, reflexionar, encontrarle lógica y sentido al mundo y a los acontecimientos y los quehaceres de las personas, incluso a la naturaleza; de esta manera, la Escritora leyó algunos ejemplos de las crónicas escritas por Amado Nervo, para corroborar si efectivamente correspondían con lo explicado por ella.
“Son y no son modernistas, porque Nervo dotó a sus narraciones de humorismo en dosis exactas, dice Ignacio Díaz Ruiz, para evitar la ironía estéril o el sarcasmo burdo, y combinó las actitudes sentimentales y las resonancias románticas con el escepticismo científico y el espíritu positivista, por eso concluye que Nervo ejemplifica el eclecticismo”, agregó Sara Sefchovich.
Para concluir, la escritora subrayó, que las crónicas de Nervo combinan la modernidad y la tradición, su mirada sobre el mundo ésta fascinada con lo nuevo, pero no por ello deja atrás lo anterior, y recoge entonces por igual el registro anecdótico de la tradición, costumbres y descripción pormenorizada de los nuevos hábitos recién importados, “si la crónica del siglo XIX mexicano consistió en el relato figuras y escenas populares, la crónica de principios del siglo XX ya no le interesan ni los pobres, ni sus costumbres, ni sus lenguajes y eso lo captó muy bien Nervo, cuando dijo, esas poéticas cosas son de antaño y ya no tienen prestigio”, ultimó.
Área de Prensa de la UAN