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GACETAUAN
9 de diciembre 2010
Pág. 4
Francisco Javier Samaniega*
(1a Parte)
En el tepiqueñoAmadoNervo, como en
el recién fallecido acaponeteño Alí Chu-
macero, el imaginario popular nayarita,
mexicano e hispanoamericano ha abre-
vado una síntesis apretada de la presen-
cia literaria del Gran Nayar –particular-
mente en lengua castellana- que poco ha
admitido autores y estudios que permi-
tandimensionar las aportaciones de estas
tierras de la boca sureste del Golfo de Ca-
lifornia a la cultura mundial. Menos aun,
las aportaciones que enmateria científca
y tecnológica ha producido a lo largo del
tiempo.
Pero este Gran Nayar, termino virrei-
nal que sintetiza una macro región cul-
tural que stricto sensu abarca también
porciones de los fronterizos estados de
Sinaloa, Durango, Zacatecas y Jalisco, es-
tructurados en torno a la “región de re-
fugio” en que nos concentramos coras,
huicholes, tepehuanos, mexicaneros y
mestizos, hoydía, en realidadydada la si-
tuación de esta región –Nayarit incluido-
identifcada como la primera emisora de
migrantes mexicanos hacia el extranjero
y amén del continuado interés que la ex-
traordinaria riqueza cultural de esta zona
genera en todo el mundo; El Gran Nayar
del siglo XXI es en realidad uno que se ex-
tiende hacia todos los rumbos de la tierra.
Uno que ha hecho a lo nuestro universal,
como propone el hermoso lema de esta
casa de estudios.
En el pasado remoto, la amplia disper-
sión de los versos, cantos y danzas del
complejo llamado “mitote”, en el conti-
nente americano, hace pensar que estos
cantos inmemoriales, llamados kahuitos
entre los huicholes, y que han sido com-
parados –dada su monumentalidad- con
el Rig Veda de la India; habrían comenza-
do una forma de transmisión oral de una
literatura que, a través de las vasijas tipo
códices o de la gráfca rupestre del perio-
do Aztatlán, le brindó al Gran Nayar una
base amerindia a sus formas literarias
posteriores.
Luego, a razón de las irrupciones euro-
pea y africana, los primeros documentos
en lengua castellana fueron escritos en
el área, arrancando con la llamada Visi-
tación de 1525, con la Carta de Nuño de
Guzmán al Emperador Carlos V desde
Omitlán, hoy Nayarit, o la hoy perdida
Relaciónde Pantecatl en la que alguna vez
abrevó el padre Tello, ambas de por 1530-
1535.
A la par, soldados como Alonso López –
primo del poeta español Gutierre de Ce-
tina, y fundador de Santiago de Compos-
tela de Tepic –luego- encomendero de
Ahuacatlán-, o Antonio Arias –deudo del
novelista castellano Miguel de Cervantes
Saavedra, y también fundador del hoy Te-
pic- (al lado de relaciones hacia nuestra
región en las obras de fray Cristóbal de
las Casas, Fernando de Alvarado Tezozo-
moc, de Fernando de Alva Ixtlixochitl, e
incluso en los Naufragios de Alvar Núñez
Cabeza de Vaca, apenas fueron prepara-
torias a los primeros documentos locales
también en lengua náhuatl, como el Me-
morial de Xalisco; como del primer gran
documento en castellano: la Relación de
la Ciudad de Compostela escrita por su al-
calde LázaroBlanco en 1570, ode laVisita-
ción de Antonio de Ciudad Real que data
de 1580, todas ellas obras preparatorias a
las monumentales El Bernardo –o Victo-
ria de Roncesvalles- como, sobre todo, a
la celebre Grandeza Mexicana del clérigo
español de San Pedro Lagunillas, y poe-
ta español del Siglo de Oro: Bernardo de
Balbuena. Hechas ambas antes de fnali-
zar dicho siglo y tarde que temprano edi-
tadas enMadrid.
Ya para el siguiente siglo, el XVII, a la
temprana Busca de Anyari de fray Fran-
cisco de Barrio (desde Huaynamota),
pronto siguió la hoy famosa Descrip-
ción de la Nueva Galicia obra del tepique-
ño Domingo Lázaro de Arregui en 1621 y
quien, poseedor en Tepic de una insólita
biblioteca y hacedor al menos de un fa-
moso Soneto Barroco; pronto siguieron
el inicio en Xora de la importante Crónica
Miscelánea de la Sancta Provincia de Xa-
lisco del franciscano fray Antonio Tello;
la paralela Crónica de Nuestro Padre San
Francisco de los Zacatecas de fray Andrés
de Ribas, como, sobre todo, de la Relación
de las Idolatrías de los Indios delNayarit y
demás Pueblos de la Tierra Caliente, obra
del tepiqueño frayAntonioArias y Saave-
dra (por cierto, descendiente nayarítico
del genial Manco de Lepanto).
Cabe también mencionar la Relación
de la Lengua Mexicana según se habla en
el obispado de Guadalajara, obra escri-
ta en Ahuacatlán por fray Juan Guerra; o
la promoción de la cultura que sucesiva-
mente desde las mitras de Yucatán, Gua-
temala y Guadalajara, que sucesivamente
encabezara el obispo –nacido en nuestra
Compostela- don Juan Gómez de Parada
y Mendoza, dio por resultado las sendas
loas aTepic ya su regiónpor partedelmas
importante poeta virreinal centroameri-
cano, Rafael Landivar, en su celebre Rus-
ticatioMexicana.
El siglo XVIII no fue menos prolíf-
co para nuestra literatura, cuando Fray
Joseph Ortega –al lado de múltiples in-
formes que sus correligionarios jesuitas
escribieron también desde el ahora El
Nayar- escribe en Jesús María su famo-
sa Relación de la Conquista de la Provin-
cia de San Joseph del Gran Nayar o su no
menos importantePaterNoster en lengua
cora que incluye undiccionario de las len-
guas cora y castellana; y mas tarde publi-
cadas ambas en España. Igualmente no-
tables son las obras de Francisco López
Portillo, oriundo del hoy Jalisco, Nayarit,
y autor en Guatemala de obras tales como
Vida alegre y Cristiana; o máximas para
sufrir con serenidad todo género de su-
cesos, impresa en Madrid en 1795, como
también del libro Institución beate vitae,
editada al fnalizar el siglo en Guatemala.
De ese tiempo también son los diarios de
viajes escritos desde nuestro puerto san-
blaseño (como el de Juan José Pérez Her-
nández, Juan de Fuca), o las poco conoci-
das secciones nayaritas de expediciones
científcas como la de AlejandroMalaspi-
na o las referencias a este Gran Nayar del
sabio alemán Alexander von Humboldt;
sumadas a aquellas relaciones de las ex-
pediciones a hoy tierras estadounidenses
y canadienses desde el hoyNayarit, como
las de Francisco Vázquez de Coronado en
1540, Fernando de Rivera y Moncada en
1732, fray Junípero Serra en 1769 o José de
Gálvez, hasta 1792.
*Antropólogo del Centro INAHNayarit
El Gran Nayar, Por lo Nuestro a lo Universal
En el marco de la Primera Feria del Libro El Gran Nayar se dictó la conferencia: